EL CONCEJO DE PRAVIA
Jesús Arango
Los Cabos de Pravia, 6 de diciembre de 2007
SITUACIÓN Y LIMÍTES DE PRAVIA
El municipio de Pravia está situado entre los 6º 14’ 8’’ y los 6º 3’ 54’’ de longitud Oeste (con respecto al meridiano de Londres) y los 43º 25’ 0” y los 43º 32’ 5” de latitud N. El meridiano y el paralelo medios se cortan en Selgas de Abajo, que, por tanto, es el lugar equidistante de las cuatro coordenadas geográficas que enmarcan el mapa de Pravia. Selgas de Abajo es el punto central del municipio. El concejo -que así se denomina en Asturias a los municipios- de Pravia se localiza en la parte baja del río Nalón, muy cerca del mar Cantábrico. La privilegiada situación de Pravia la convirtió durante mucho tiempo en la capital de una amplia comarca formada por los territorios en donde comienza el Occidente de Asturias. En la actualidad el concejo tiene una población que supera ligeramente los diez mil habitantes. Entre los núcleos de población más importantes del concejo se encuentran: Agones, Santianes, Los Cabos, Somao, Quinzanas, Corias, Sandamías, Villavaler, Villafría y Selgas.
El concejo praviano ocupa actualmente una extensión de 136,63 kilómetros cuadrados. La villa de Pravia -capital del concejo- está situada a cincuenta y cinco kilómetros de Oviedo. Los puntos trilindes del concejo de Pravia más significativos son los cinco siguientes:
1. El Pico Andolinas, conocido también por Llagunín de la Mata, en él convergen los concejos de Cudillero, Pravia y Salas
2. El Serrapio, caserío de la parroquia de Quinzanas, allí coinciden los linderos de Candamo, Pravia y Salas
3. La Peña de la Ferreirona, a dos pasos del pueblo de Santolaya, lugar donde se tocan los limites de Candamo, Pravia y Soto del Barco
4. Un punto imaginario en el río Nalón, frente por frente de la desembocadura del arroyo del Pontigo señala la convergencia de los municipios de Muros de Nalón, Pravia y Soto del Barco
5. Grandamena, barrio de Somao, situado en el ángulo que forman el arroyo Reguerón de Aguilar o Ricabo y su afluente el Rimuelas, donde concurren los limites de Cudillero, Muros de Nalón y Pravia a unos 800 metros de la costa, precisamente coincidiendo con la playa de Aguilar
La altura más elevada del concejo es el pico Lin de Cubel en la Sierra de Sangreña con 678 metros de altitud. El territorio praviano está cubierto por montañas de escasa altitud, pues ninguna de ellas alcanza los 700 metros. Destacan las sierras de Sangreña y las Autedas al Norte; la de Sandamias al Sur; al Este la sierra de Fontebona; al Oeste la de Sangreña y sierras de Ablanedo y la Castañal y por el Centro, las ya citadas de Las Autedas y Sandamias.
Entre las alturas que se divisan desde la villa de Pravia las diez más conocidas son: Santa Catalina del Viso, Casafria de Fontebona, Arroxas de Escoredo, El Molar de Ocea, Covardeo de la Fayuca, El Cogollón de Escoredo, Birabeche de Peñaullan, Pico Cueto de Pravia y Pico La Forca o Merás de Agones.
El río Nalón, que Ptolomeo llamaba Naelo y las escrituras antiguas Nilon, baña una gran parte de las vegas pravianas. Los otros dos ríos que bañan la comarca praviana son el Narcea y el Aranguin. Todos ellos forman hermosas vegas que sobresalen por las excelentes calidades de sus cosechas.
HISTORIAS DE PRAVIA
Para describir como es la villa de Pravia utilizaré las palabras de un ilustre praviano del siglo XIX. En el tomo correspondiente a Asturias de la enciclopedia de Belmunt y Canella aparecido en 1895 figura un artículo de Juan Bances titulado Pravia y en el que se pueden leer párrafos como los siguientes:
“Un curioso grupo de casas blancas: un pueblo pequeño, alegre, tranquilo: un pedazo de tierra que el Nalón acaricia poco antes de unirse al mar: un rincón delicioso, muy parecido al paraíso terrenal..., mientras no se demuestre lo contrario: eso es Pravia; el Pravia tan ponderado y que tantos admiradores tiene. Llámenme romántico y maniático los que van para cosmopolitas, si al preguntarme que población prefiero de las muchas que visité, ... contesto Pravia sin vacilar. Y dando aquí de mano a estos disculpables desahogos de praviano sincero y entusiasta, dispóngase el lector curioso y desocupado a emprender una breve excursión por esta hermosa tierra, si desea recordar algo de lo que fue Pravia en la historia y formarse una idea de lo que es en la actualidad.
El caserío de la villa es, en general, moderno y de buen gusto; las calles, cómodas y limpias; las plazas desahogadas, menos los jueves, en que las personas y los animales que acuden al mercado las invaden materialmente; el Casino no es tan lujoso como el de Biarritz, pero, ¡vamos¡, puede pasar; tampoco faltan cafés públicos, y de tabernas existe un regular surtido. Conocido ya el país, aunque la descripción sea desaborida e insuficiente, algo hemos de decir también de su carácter y costumbres siquiera en esto no se diferencie mucho de los demás pueblos de la provincia por tener todos ellos fisonomía parecida. El Centro donde se hablaba de lo divino y de lo humano era la Barbería Americana, establecimiento montado con arreglo a todos los adelantos modernos, donde se afeita, se riza y toma el pelo con esmero, limpieza y pulcritud”.
Con estas rotundas frases comenzaba en 1895 -hace ahora poco más de un siglo- un praviano, Juan Bances, la descripción de mi patria chica. A pesar de los años transcurridos, creo que, en cierta forma, muchos pravianos seguimos compartiendo las opiniones de nuestro ilustre antepasado. Poniendo por delante estos disculpables desahogos de praviano entusiasta, permítanme que les recuerde unos trazos de nuestra historia local.
Desde tiempos inmemorables el territorio comprendido entre el río Navia y el Cabo Peñas por la costa y entre el mar y el Sur de Cangas del Narcea por el interior, fue ocupado por los Astures Transmontanos. Los antiguos astures pobladores de esta zona moraban en castros o poblados fortificados. Hay noticias de doce edificaciones de este tipo en el actual término municipal de Pravia. Poseían una organización gentilicia, de manera que se agrupaban en clanes o gentilidades, las cuales a su vez se agrupaban en tribus. Una de las más notables de las que vivían en Asturias desde la Edad del Hierro era la que en tiempos de los romanos se decían Pesicos (Paesicos), en la Edad Media, Pesos y en el siglo XVIII, Pezos.
La romanización fue intensa y para muchos historiadores Pravia podría ser el Flavium Avia del emperador Flavio Vespasiano, que cita Ptolomeo en su Geographia. Hallazgos importantes son la estela romana de Los Cabos -actualmente en el Museo Arqueológico de Oviedo- que representa a un hombre togado, restos de villas en Santianes y Peñaullán, y la calzada romana que unía el Camino Real de la Mesa y la vía de la costa, y del que se conserva un tramo de empedrado medieval sobre el primitivo trazado romano en el lugar de Bances.
Cincuenta y seis años después de la batalla de Covadonga, Pravia adquiere relieve histórico al trasladar Silo -sexto rey de la monarquía asturiana- la corte desde Cangas de Onís a Pravia y la convierte en capital del pequeño e incipiente reino astur. De su reinado entre los años 774 y 783 se conserva la Iglesia de San Juan de Santianes, preludio del arte prerrománico asturiano.
Donde hoy está la villa de Pravia, en tiempos del rey Silo no había más que un gran campo en medio del cual más tarde levantaron algunos monjes mozárabes, bajo la advocación del apóstol San Andrés, un pequeño cenobio con su templo y su cementerio. El sitio ocupado por el conventín de San Andrés correspondería a la actual plaza mayor de Pravia, al pie del monte Cueto. Y en esta pequeña iglesia monacal de San Andrés -muy probablemente del siglo IX- tuvo desde el principio un altar el Cristo de la Misericordia, cuya devoción fue creciendo a la par que nacía el poblado de Pravia en torno a él. A finales del siglo XVIII la iglesia de San Andrés fue cerrada al culto porque amenazaba ruina. El día 8 de junio de 1836 el Ayuntamiento manifiesta que solicitó la demolición de tal edificio como de absoluta necesidad para la salud pública, para ornato del pueblo y para seguridad de las personas que concurren al mercado. El 9 de diciembre de 1836 se anuncia su demolición.
La fundación de la pola de Pravia, junto con la de Tineo, data de la primera mitad del siglo XIII, mientras que la mayoría de las polas del Occidente asturiano se fundan a lo largo de la segunda mitad de dicho siglo. La carta puebla, otorgada por Fernando III el Santo hacia 1240, permitió el levantamiento de la cerca o muralla y concedió a la villa y a sus habitantes privilegios reales. Desde este momento Pravia fue un importante foco mercantil y comercial cuya prosperidad siempre estuvo unida a la navegabilidad del Nalón y a las rentas generadas por la pesca del salmón.
Apenas recién fundados, una serie de pueblos del Occidente de Asturias constituyen en 1277 la primera hermandad asturiana. En esta primera hermandad -con Avilés a la cabeza- se unen todas las pueblas del occidente asturiano más ganaderas y ricas en pastos naturales, formando una gran mancomunidad, desde la costa hasta las montañas astur-leonesas, a saber: Avilés, Pravia (los actuales concejos de Pravia, Cudillero, Muros de Nalón y Soto del Barco), Grado, Valdés, Tineo, Cangas de Narcea; Allande, Salas y Somiedo (que incluía también al concejo actual Belmonte de Miranda, exceptuando el territorio correspondiente al Coto del Monasterio de Belmonte).
Es destacar que dentro de esta primera hermandad se encontraban los principales monasterios o cenobios pertenecientes a la regla del Cister. Y que también sobre esta mancomunidad se asentarían las futuras casas nobles más poderosas de Asturias: los Quiñones, los Miranda, los Omaña, los Alvar Florez. Por último los vaqueiros de alzada van a tener como escenario de su nacimiento y de su historia el espacio comprendido en esta mancomunidad. El móvil de esta primera hermandad parece que fue el intento de formar una robusta mancomunidad con fines aparentemente económicos, dentro de la cual todos serían vecinos, con los mismos derechos de cara al aprovechamiento de sus baldíos y pastos principalmente.
Más adelante, en 1462 se constituye la Liga de los Cinco (mancomunidad de Cinco Concejos), que tiene sanción real en 1467. Los concejos de la Liga son Pravia, Grado, Salas, Valdés y Miranda. Como puede observarse faltan ya con respecto a la primera hermandad los concejos más ricos en pastos de altura a saber: Cangas, Tineo, Allande y Somiedo.
Pravia aparece ya formando Ayuntamiento en 1308. Hasta el primer tercio del siglo XIX, la extensión del concejo de Pravia era el doble de la actual. A finales de 1836 se le segregó una parte de su territorio para formar los nuevos ayuntamientos de Cudillero, Muros de Nalón y Soto del Barco. Antes de dicha segregación el concejo de Pravia se dividía en cuatro extensas comarcas: el Cuarto La Meruca, el Cuarto de los Valles, el Cuarto de las Autedas y el Cuarto de Las Luiñas. Las parroquias de Pravia estaban divididas en dos arciprestazgos. Uno formado por el Cuarto La Meruca, a la derecha del Nalón, llamado Pravia de Aquende, bajo la jurisdicción del Deán de la Santa Iglesia Catedral. El otro, Pravia de Allende, a la izquierda del río, compuesto por el Cuarto de los Valles, el Cuarto de las Autedas y el Cuarto de Las Luiñas, bajo la jurisdicción del Arcediano de Ribadeo. Pravia siempre fue territorio de jurisdicción real, tenia voto en la Junta del Principado y le pertenecía el asiento número 10 de esta vieja institución.
Para percatarse de la penuria, hasta el siglo XIX, de la comarca praviana, en la que incluso los nobles vestían con sayal. El régimen imperante mantenía la propiedad en manos de unos pocos privilegiados. La mayoría de los habitantes trabajaban tierras ajenas y criaban ganados en aparcería. Según costumbres antiguas del Principado de Asturias, cuando alguien labraba y sembraba heredad ajena, daba el quinto o quiñón de la cosecha al dueño de la tierra, que iba a recogerlo a la misma parcela.
La hilandería, las caleras, la cestería y las salinas destacaban con más relieve que las otras industrias caseras. Se dedicaban 342 personas a manipular lino en 1789. Era del dominio publico en Asturias que las tierras pravianas producían mucho y buen lino, vulgarmente conocido por llin, que maceraban, cardaban y tejían en todas las aldeas. Por eso había tantos batanes y quedan todavía preciosos testimonios de aquella artesanía. También se cultivaba y elaboraba el cáñamo. Gozaban de mucha fama las hilanderas de Pravia.
La pesca del salmón eran una de las principales actividades económicas de la comarca. Los salmones salpresos se trasladaban a Castilla por rutas de atajo. Según la Real Executoria del Consejo de Castilla de 9 de febrero de 1669, Pravia poseía el derecho privativo de percibir la mitad de los salmones que se cogieran en la última parte del río Nalón, comprendida entre las Mestas del Narcea, al pie de Forcinas, y la fuente de Espilonga, situada en la orilla izquierda de la embocadura y barra de San Esteban de Pravia, quedando la otra mitad para quien los pescase. El salmón se pescaba con barcas y redes, especialmente trainas. Desde mediados del siglo XIX se pescó muchísimo con la ingeniosa maquina Duhart de invención chino-francesa, que tan en boga estuvo hasta los años treinta de este siglo.
Fue en el siglo XVIII cuando la villa de Pravia adquiere el aspecto actual con su sello inconfundible. Un hecho que tuvo una importancia decisiva en el urbanismo de la villa se produjo el primero de junio de 1715, fecha en la que el Abad del Real Convento de San Isidoro de León, Don Fernando Ignacio Arango y Queipo de Llano, nacido en la villa y muy poco después consagrado obispo de Tuy (Galicia), otorga, ante un notario de León, escritura de fundación de la Colegiata, casas de los canónigos y obras pías de Pravia. Al lado de la citada Colegiata, este praviano ilustre levanta un Palacio para su familia, que se conoce como la Casa Nueva.
En frente es donde se sitúan las seis casas, con soportal, destinadas a otros tantos capellanes-canónigos encargados de atender el culto, unas escuelas, un orfanato y otras obras pías. Para ese conjunto arquitectónico, Don Fernando Ignacio Arango y Queipo de Llano escoge un sitio extramuros de la villa llamado Huertas del Valle y del Campo, lugar que mediaba entre la ermita del Valle y la iglesia de San Andrés. Del mismo siglo es también la Casa-Ayuntamiento, sobrio edificio de planta cuadrada, en el que ha dejado pruebas de su talento, el gran arquitecto Ventura Rodríguez allá por el año 1779.
Hasta el siglo XVIII las mansiones solariegas no se agrupaban en la villa, sino que aparecían diseminadas por el campo, presidiendo las faenas de los pecheros. Es esas fechas cuando se construyen en Pravia una serie de palacios y casonas, que se identifican con facilidad y que marcaron el rumbo del casco urbano de la villa. Es de notar que no falta en cada uno de estos palacios un amplio salón a la fachada principal para las reuniones sociales de aquella época. Los Arango tenían casa solariega en Pravia, junto con otros importantes apellidos como los Valdés, Busto, López Grado, Omaña, Salas, Cienfuegos y Moutas.
GASTRONOMÍA Y REPOSTERIA PRAVIANA
Pravia siempre fue famosa por su repostería: en las fiestas de principios de siglo era costumbre acabar las meriendas con los postres del famoso confitero Carlos Prast, más conocido por Pepito y al que seguimos recordando los pravianos con el nombre de nuestro postre más exquisito: el Flan Pepito. De los postres a otros manjares. Hoy hay muchas clases y tamaños de fabas en Asturias, pero ninguna tan especial como las fabas (no fabes) de la vega de Los Cabos. Cuando hoy se habla de calidad y de agricultura ecológica, los pravianos deberíamos acordarnos de las lechugas de la Bahua, las manzanas de mingán o los viejos naranjos cuyos frutos se exportaban a Inglaterra en el siglo XVIII. Y si de quesos hablamos, donde encontrar un producto tan singular como nuestros quesos de Afuega´l Pitu.
En este final de milenio, cuando a través de Internet podemos viajar virtualmente en segundos a cualquier lugar lejano del planeta, pocas cosas hay que yo valore tanto como recrear la vista en las tardes de otoño con el paisaje que se atisba desde El Molar de Ocea: las sierras de Fontebona, Sandamias y las Autedas. En el horizonte montañas y más montañas. Henos aquí los de Pravia.
PATRIMONIO ARTISTICO DEL CONCEJO DE PRAVIA
A continuación se describe las principales muestras del patrimonio artístico localizado en el concejo de Pravia:
Imagen y Retablo de Nuestra Señora del Valle, ambos de barro cocido y que llevan el sello del Renacimiento Italiano
Casa y Torre de Arango en Arborio, algunos elementos constructivos datan del siglo XII
Casa del Busto, de la segunda mitad del siglo XVI, levantada contra la muralla y su capilla, el edificio más antiguo de la villa
Colegiata, Palacio de los Moutas y las Casas de los Canónigos, constituyen el conjunto monumental más importante y son una de las mejores muestras del barroco regional
El Ayuntamiento, la Casa de Valdés y otros edificios nobles nos dan idea de la importancia que como villa noble y clerical alcanza en el siglo XVIII
Plaza del Conde de Guadalhorce, conserva un conjunto bastante homogéneo de edificaciones del siglo XIX y XX, suponiendo la última etapa de crecimiento urbano
Palacio y Capilla de Inclán
Palacio de Omaña en Los Cabos
Palacio de los Francos en Quinzanas
Casa de Merás y Molino de Retuerta en Agones
Panteón modernista de Somao
Palacete de Solís y Torre Amarilla en Somao
La Casa el Noceu en Somao, con sus miradores y galerías de cristal
Iglesia de San Juan Evangelista en Santianes, del siglo VIII