LA HORA DE DESAPRENDER
Algunos, a quienes le mando este mail, no llegan a los 60... pero vayan aprendiendo y preparándose.
En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.
Por SAMUEL ARANGO M.
Publicado el 8 de octubre de 2012 - El Colombiano
Las mujeres y hombres maduros de
ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del
desaprendizaje. Fuimos criados con la creencia de que debíamos ser los mejores
en todo: mejores estudiantes, mejores esposas, mejores esposos, mejores
profesionales, mejores madres y padres, etc. Fuimos educados con la creencia de
que TODO es pecado. Ha llegado la hora del desaprendizaje o lo que mi hija
llama graciosamente, el importaculismo.("Todo me importa un culo").
Ha llegado la hora de decir NO en muchas ocasiones, de mandar al carajo los
compromisos y las obligaciones. Pasó la hora de las responsabilidades
desvelantes. Ahora nos gusta estar solos, disfrutar buenas conversaciones con
gente que no nos insulta y que cree lo mismo que nosotros o que no le importa
que opinemos diferente. Es la hora de hablar de todo sin necesidad de
sostenerlo como medio de defensa. Es hora de ver películas, de estar en una
finca durante la semana, de leer, de escuchar, de sonreír y de burlarse de la
mayoría de los mortales que viven pendientes de las pendejadas.
Nosotros ya demostramos que las
responsabilidades fueron bien atendidas por nosotros, que hicimos las cosas lo
mejor posible, que dejamos huellas, que somos buenas personas.
Lo que nos queda de vida es para
nosotros, para disfrutar, para cumplir el mandamiento divino de amarnos a
nosotros mismos. Por eso vamos a hacer lo que nos da la gana. Viajar al máximo,
tomando café con amigas y amigos, conversando con todo el que nos encontremos.
Ya pasó la época de los roles. Lo que fuimos, fuimos; ahora somos para nosotros
mismos sin tener que rendir cuentas a nadie. Los demás seguirán su camino de
responsabilidades y de afanes, de preocupaciones y nerviosismos. Nosotros
ahora, estamos por encima del bien y del mal. Vamos a museos, asistimos a
conferencias y si no nos gusta nos salimos sin que nos importe, redescubrimos
al Quijote y a Fernando González. Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros
y nos damos cuenta de que se aproxima el nuestro, pero estamos preparados, pues
al fin y al cabo vivir es mortal. La vida es para nosotros una profunda
experiencia interior, lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados sin fin. Es la
hora de empezar a relajarnos y de conversar largas horas con uno mismo, que es
el único que permanece siempre, ahora y después de que abandonemos la nave del
cuerpo.
Nos rodean pocos seres a quienes
amamos profundamente y que seguirán viviendo sus propias experiencias, estemos
nosotros o no. Mandaremos para donde sabemos a la gente que nos molesta, la
tóxica. Quienes nos buscan sin egoísmos van a encontrar una sonrisa, una mirada
tierna y comprensiva, un consejo acertado o no, afecto.
Somos, ahora sí, libres de ataduras,
de prejuicios, de creencias. Somos libres si no le tememos ni a la vida ni a la
muerte.
Harold Schlumberg
"Muchos me preguntan, qué hacen las personas
después de jubilados"
"Bueno, yo tengo la suerte de ser graduado en ingeniería
química y una de las cosas que más me gusta hacer todos los días es transformar
cervezas, vinos, margaritas y otras bebidas alcohólicas.... en orina,
y lo paso increíble!..."